Cuando tu cerebro cree que una técnica de recuperación está funcionando, a los músculos, tendones y tejidos probablemente no les importe mucho que esté respaldada por datos científicos.
El efecto placebo funciona: ésta es la razón
Si tu compañero preparó café y no sabías que era descafeinado hasta que habías bebido media taza, pero, aun así, te sientes energizado y concentrado, ¿dejarías de beberlo? Tu respuesta importa menos que el fenómeno responsable por el impulso libre de cafeína: el efecto placebo.
"El efecto placebo es cuando alguien experimenta un resultado positivo basado en su fe en una intervención más que en las características de esta", explica Shona Halson, doctora, profesora asociada de la Universidad Católica de Australia y miembro del Nike Performance Council, especialista en recuperación. El efecto placebo también se trata de creer que lo que estás probando tendrá un resultado positivo, incluso si no existen pruebas que lo confirmen.
Muchos atletas pueden estar usando el efecto placebo cuando prueban una nueva y estimulante técnica de recuperación, sean conscientes o no de ello. A pesar de su popularidad, muchos de estos métodos, incluido la pistola de masaje muscular (imagina un taladro eléctrico con una pelota de espuma en el extremo giratorio) y la crioterapia (relajarse en una cámara helada), podrían relacionarse tanto a los beneficios psicológicos como a la experiencia fisiológica, a veces relacionado más a lo segundo.
Por ejemplo, los calcetines de compresión se promueven como una forma de reducir la inflamación y el dolor después del entrenamiento. Sin embargo, una reciente evaluación sistemática de un artículo científico publicado este año en la "Revista híbrida de acceso abierto de Sports Medicine" sugiere que los participantes que usaron los calcetines experimentaron una baja percepción del dolor de músculos, pero no hubo beneficios en los indicadores de daño muscular o inflamación. Otro estudio publicado en la “Revista internacional de Sports Physiology and Performance” descubrió que los efectos de recuperación de los calcetines podrían optimizarse más cuando los atletas creen que funcionarán.
También existen dispositivos de compresión neumática, que parecen yesos suaves para los brazos y las piernas. Los investigadores mencionaron en la "Revista internacional de ciencias del deporte" que el efecto placebo podría explicar por qué los participantes reportaron un tiempo de recuperación más rápido cando usaban los yesos que cuando utilizaban una manga de compresión tradicional de uso continuo. (Quizás la apariencia de tecnología avanzada de los dispositivos neumáticos los hizo parecer más legítimos, es una posibilidad).
Resultados similares aplican a otros métodos de recuperación, como los baños de hielo y los masajes. Algunas investigaciones descubrieron que la mayoría de los participantes tuvo mejores resultados cuando creían que la terapia sería útil, demostrando una vez más el poder del cerebro.
La psicología detrás del efecto placebo
Entonces, ¿eso quiere decir que lo que estas personas experimentaron fue falso? Para nada, dice Halson. La sensación misma puede que esté en tu cabeza, pero sus impactos son muy reales.
"El efecto placebo generalmente involucra expectativas, que son administradas por la corteza prefrontal del cerebro", explica Lauren Atlas, doctora, investigadora del dolor y la neurociencia afectiva para el Centro de Nacional de Salud Complementaria e Integral en los Institutos Nacionales de la Salud. "Esa región puede conectarse con otras que provocan que los químicos sean liberados y afecten las respuestas del cuerpo, como las endorfinas (las hormonas que te hacen sentir bien)". Hay múltiples tipos de placebos, dice ella, y algunos pueden activar tu sistema opioide para bloquear las señales de dolor y que no lleguen al cerebro, mientras que otros pueden cambiar tus emociones y hacer que te sientas más relajado.
Existe otra razón por la que el efecto placebo surge tan seguido en las investigaciones de recuperación particularmente. "En los deportes, ganar puede reducirse a pequeñas fracciones de un segundo", comenta Halson. "Y los atletas más serios intentarán casi cualquier cosa para obtener esa ventaja", especialmente si es algo tan simple como usar un calcetín.
La idea de tener un ritual puede aumentar el potencial de los efectos placebo, agrega Halson. "La mayoría de las técnicas de recuperación son experiencias muy sensoriales", dice. Así que, si sientes que les estás haciendo un bien al cuerpo cada vez que tiemblas durante un baño de hielo o frotas gel recuperador en tus músculos, esa fe, y la confianza que inspira, pueden brindarle poder a tu subsiguiente rendimiento. Entre más quieras que algo funcione, hay más probabilidades de que crees que lo hará, comenta Halson.
Cómo usar el efecto a tu favor
¿Quieres probar una nueva estrategia de recuperación? Si vas con pensamientos negativos, te arriesgas a tener una mala experiencia, dice Atlas, o lo que los expertos llaman "efecto nocebo". Lo mejor que puedes hacer es tener una mente abierta; y asegurarte de usar el método o la herramienta, ya sea una pistola de masaje muscular o estimulación eléctrica, por las razones correctas: están pensados para optimizar tu recuperación, no para sanar un problema físico más grave. "Si lidias con un tejido subyacente o una lesión, es mejor que veas a un profesional", dice Halson.
¿Te intriga algo que viste en medios sociales o que leíste en línea? Habla con otras personas, como tus amigos más activos o un terapeuta físico que haya experimentado con varias técnicas de recuperación, para descubrir que opinan, sugiere Halson. Si alguien más está positivo sobre los beneficios de una técnica, eso te hará más propenso a creer en sus habilidades también.
No seas tan autoconsciente, pero si crees que el efecto placebo es real y efectivo, es más probable que lo percibas. Sí, existe un efecto placebo para el efecto placebo. Increíble.