Investigadores finlandeses analizaron 10 pares de gemelos masculinos idénticos del país escandinavo. Cada par tenía alrededor de 30 años y se había criado en el mismo hogar. Al ser idénticos compartían el mismo ADN, y en sus primeros años también hacían las mismas actividades físicas.
Sin embargo, al adoptar diferentes hábitos de ejercicio como adultos desarrollaron cuerpos y cerebros bastante diferentes, revela el estudio publicado este mes en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise.
En cada una de las 10 parejas estudiadas de gemelos uno había seguido ejercitándose mientras que otro había reducido la actividad física. En promedio, el hermano más activo se ejercitó al menos dos veces a la semana, mientras que el otro hizo ejercicios con una frecuencia menor.
El equipo de investigación sometió a cada gemelo a una serie de pruebas médicas para tener una idea de su estado de salud general, y midieron la capacidad de resistencia, composición corporal y sensibilidad a la insulina de cada joven, para determinar su condición física y la salud metabólica. Los científicos también escanearon el cerebro de cada uno.
Los resultados revelaron grandes diferencias entre los hermanos. Los más activos presentaron menor porcentaje de grasa corporal (20,7 frente a 24 para los más sedentarios), mejores niveles de resistencia y sensibilidad normal a la insulina.
Por su parte, los gemelos sedentarios tenían 3 kilos más de grasa corporal, peor resistencia y su nivel de sensibilidad a la insulina mostraba signos de enfermedad metabólica temprana.
Quizás lo más revelador del estudio fue que no sólo sus cuerpos habían cambiado: sus cerebros también. Los gemelos atléticos tenían más materia gris, especialmente en las zonas que controlaban el equilibrio y la función motora.
Los gemelos suelen tener dietas muy similares, independientemente de sus rutinas de entrenamiento, por lo que es poco probable que la alimentación haya contribuido a las diferencias de salud.
Por ese motivo, los científicos consideran que los resultados implican fuertemente que las diferencias en los hábitos de ejercicio de los gemelos causaron las diferencias en sus cuerpos.