El uso de trucos intencionales como estos pueden ayudarte a tomar decisiones saludables naturalmente, incluso cuando la tentación para salirse del camino sea grande.
La ubicación de la comida en las tiendas nunca es una coincidencia. Las papas fritas de oferta están justo en la entrada para hacer que agarres una bolsa o dos. Y es que lo que ves primero tiende a influir significativamente en tu decisión de compra, tal como explican los psicólogos alimentarios. ¿Y qué hay de la mantequilla de cacahuete a la altura de los ojos justo en la caja? También está hecho a propósito.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo las tiendas persuaden a los consumidores de manera sutil, pero estratégicamente, un fenómeno que los expertos conocen como la "teoría del empujoncito" y que consiste en influir en las personas para que tomen una elección en particular, buena o mala, sin siquiera darse cuenta de ello. Sin embargo, siempre puedes autocontrolarte para tomar decisiones más sanas y proactivas.
"El autocontrol te permite darte cuenta de la frecuencia con la que las cosas sorprendentemente pequeñas influyen sobre tu comportamiento", explica Samuli Reijula, profesor de Filosofía teórica de la Universidad de Helsinki, en Finlandia. De acuerdo con Reijula, quien recientemente fue coautor de un estudio sobre el concepto, publicado en "Behavioural Public Policy", no se trata de un autocontrol o una restricción rígida. En cambio, se trata de facilitar las cosas que quieres hacer y dificultar las que no quieres hacer, añadiendo y eliminando ciertos obstáculos según sea necesario.
"Evitar las tentaciones con solo recurrir a la pura voluntad puede ser agotador", explica Reijula. Cuando experimentamos impulsos opuestos, como agarrar unas golosinas porque se ven bien o ignorarlas para evitar los azúcares añadidos, no siempre actuamos en nuestro propio interés, por no mencionar que podemos desperdiciar mucha energía interna solo por deliberar sobre la decisión. "No obstante, recuerda que tienes el poder de pensar y anticiparte para evitar luchas innecesarias y encaminarte hacia el éxito", dice Reijula.
Practicar el autoempujoncito no requiere mucho esfuerzo. Aquí te presentamos un plan recomendado por expertos.
Ponte un recordatorio
Deja notas donde puedas verlas, escribe listas de tareas pendientes y ponte recordatorios en tu calendario. No tienes que usar solo frases; puedes, por ejemplo, pegar una ilustración sobre las fuentes de proteínas y sus emisiones de efecto invernadero en la puerta del refrigerador para ayudarte a reducir tu consumo de carne y lácteos, como sugieren en su investigación Reijula y su coautor, Ralph Hertwig, director del Center for Adaptive Rationality del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano en Berlín. Haz lo que sea que funcione.
También puedes hacer lo que hace Hertwig y poner tu esterilla (colchoneta) de yoga o ropa de gimnasio junto a la cama por la noche para animarte a hacer ejercicio por la mañana. Indicaciones como estas pueden ayudarte a tomar medidas porque tienen un efecto "a la vista, en tu mente". Para mejores resultados, trata de combinarlos con un plan "si esto, aquello". Por ejemplo, si ves tu nota adhesiva sobre el efecto invernadero, entonces busca una verdura en lugar de queso.
Redefine tu estado de ánimo.
Para tomar una mejor decisión a corto plazo, considera las posibles consecuencias a largo plazo, dice Reijula. Supongamos que planeabas salir a correr por la mañana, pero te despiertas y está lloviendo. Si es solo un cambio entre dos formas de pasar la próxima hora, será bastante difícil resistirte a quedarte en la cama. Pero si replanteas tu decisión y piensas en elegir entre tener más energía o sentirte cansado, o sentar un precedente sobre si hacer ejercicio o no cada vez que llueve, entonces levantarte y salir parece mucho más convincente.
Que obtenerlo no sea fácil.
Al hacer algo menos práctico para ti, también puedes hacerlo menos deseable. En serio: el simple hecho de mover un alimento más lejos de la vista y del alcance hace que sea menos probable que lo comas, dice Reijula. Por lo tanto, coloca las golosinas en la parte posterior del gabinete o el refrigerador y los alimentos saludables en la parte delantera. No te estás privando de nada, dice Reijula, simplemente estás reduciendo el consumo sin sentido agregando fricción. Cuando realmente desees la golosina, harás el esfuerzo necesario para llegar a ella.
Si tiendes a pedir comida para llevar poco saludable, elimina las aplicaciones de entrega de alimentos. Será menos probable que pidas una hamburguesa y papas fritas si tienes que pasar por la molestia de reinstalar e iniciar sesión. De todos modos, nunca te acuerdas de tu contraseña.
La mejor parte de los autoempujoncitos es que cuanto más los hagas y más veas que dan frutos, más fácil será continuar por el camino correcto. Ahora, escribe una nota adhesiva que te recuerde que debes darte un empujón. Quizá parece insignificante, pero vale la pena.