Cuándo renovar las zapatillas para correr

El nivel de desgaste de la zapatilla dependerá del peso del corredor, el tipo de pisada y el número de kilómetros recorridos con ellas.

Las zapatillas de running tienen una vida útil limitada, con el tiempo el pegamento pierde su flexibilidad y las suelas se endurecen. Aunque luzcan bien, luego de tantos kilómetros la suela ya no es capaz de amortiguar y estabilizar lo necesario, con una suela gruesa pueden durar entre 1500 y 2000 kilómetros, una suela media entre 800 y 1000 kilómetros y las más ligeras hasta 500 kilómetros aproximadamente.

  • El asfalto desgasta más las zapatillas que las superficies de tierra.
  • Correr con unas zapatillas excesivamente desgastadas puede aumentar el riesgo de sufrir lesiones recurrentes en los pies, las piernas y la pelvis.
  • Las zapatillas de un corredor con pronación severa que entrene a diario sufrirán un mayor desgaste que las de un corredor neutro que entrene con menor frecuencia.

Aparte del kilometraje de las zapatillas, los siguientes signos nos permiten determinar cuándo es el mejor momento para renovarlas:

  • Cuando el desgaste de la suela haya alcanzado ya la entresuela.
  • Cuando la entresuela se haya reblandecido y no proporcione sujeción al pie
  • Cuando la entresuela presente pliegues longitudinales.
  • Cuando el refuerzo del talón se mueva y haya perdido su nivel de sujeción.
  • Cuando la puntera y la parte superior de la zapatilla hayan sufrido un desgaste considerable.
  • Cuando la suela de una de las zapatillas haya sufrido un mayor desgaste que la otra.
  • Cuando una o ambas zapatillas impidan mantener el pie apoyado por completo en una superficie plana.

Pero puede ser buena idea cambiarlas cada temporada. Esto se debe a que la amortiguación tiende a ponerse rígida con el tiempo. Si esperas ver signos de desgaste para saber cuándo cambiar tu calzado de running, tendrás que correr muchos kilómetros sin la amortiguación adecuada.

Las zapatillas para correr no deben ser usadas para otros deportes, los giros, cambios de dirección, fricciones y golpes estropean las zapatillas, las suelas no están preparadas para esos movimientos y las mallas son muy delicadas.

Al sacarte y ponerte las zapatillas conviene hacerlo con los cordones desatados para que no se rompa el forro del talón, la tela y el acolchado del cuello del talón, y no te lastime y te duren más las zapatillas.

Utiliza más de un par de zapatillas para correr para alternarlas y que recuperen su flexibilidad. Alterna tus zapatillas viejas con las nuevas durante tus entrenamientos para darles uso antes de una carrera.

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